Manifiesto de pureza

Me he puesto un poco adicto al Blog. Es un ejercicio bastante narcicístico entrar a cada rato a revisar las estadísticas y ver cuánta gente me ha leído hoy (muchas gracias a todos los que entran y leen las barbaridades que se me ocurren).

No obstante lo anterior creo que he perdido un poco el objetivo que tenía cuando armé la página, que era tener un lugar piola para publicar los textos más íntimos, tener un espacio para mi. No es que tenga 100 visitas diarias (ni siquiera la mitad en realidad :S) pero mi idea era pasar piola y ahora me veo a mi mismo buscando la forma de invitar gente a leerme. Me imagino que debe ser parecido con la gente que tiene alguna gracia y de pronto ve que puede sacar algún provecho de ella, económico o moral.

Se vuelve un show de fenómenos nuestra vida?? La tele… está claro, programas de operaciones de gente con graves problemas físicos, gente cada vez menos inteligente (exponencialmente idiota, al final) agarrándose a combos por culpa de otros cada vez menos lindos (o sea, fueran ricas siquiera, uno entiende). En la calle tratando de diferenciarnos de algunas tribus urbanas y acercarnos a otras, generamos un espectro de disfraces que ni en carnaval. Y en la red, una complicada sucesión de “estados”, “tuits”, “entradas” y “posts” (comentarios, retuiteos y “me gusta” incluidos) que nos hacen esforzarnos cada vez más por sobresalir, por buscar una aceptación más…. Del resto, del montón, de los otros. Y en este día del amor que pasó con cuea hablé con la gente que realmente quiero.

Tal vez es momento de replantearme mi obsesión por “ser visto” o comentado. Sigo agradecido de cada una de las visitas, pero vuelvo al ostracismo de simplemente escribir porque quiero hacerlo.

Eso.